¿Cómo
reconocer a un verdadero líder?
Javier
Carril
Dice
Colin Powell que se ha alcanzado la excelencia como líder
cuando la gente lo sigue a uno a todas partes, aunque sólo
sea por curiosidad.
El liderazgo es un talento fundamental en cualquier empresa, y lo
que está plenamente demostrado es que este talento especial
puede aprenderse. Es decir, un líder no nace, se hace. Lo
que sucede a menudo es que los altos directivos no tienen referencias
o modelos donde aprender, y navegan por intuición, intentando
dirigir a sus equipos y departamentos sin un rumbo claro y definido.
De las experiencias aprenden, a veces dolorosamente, y redefinen
sus estrategias, en un proceso que puede llevarles toda su vida
profesional. Por eso, cada vez se hace más necesario en el
mundo de la empresa que estos gerentes o directores generales o
departamentales cuenten con un asesoramiento especializado, un proceso
donde puedan descubrir y entrenar esas competencias de liderazgo
en un entorno seguro, para después llevarlas a la práctica
en su realidad empresarial. Y este proceso es el coaching ejecutivo.
¿QUÉ TIENE QUE APRENDER UN LÍDER?
Jim Kouzes, considerado uno de los más prestigiosos Coaches
ejecutivos del mundo, después de 20 años de trabajo
e investigación en coaching con líderes de empresas
en todos los continentes, ha concluido que la característica
principal que todo el mundo busca y admira en un líder es
la CREDIBILIDAD. Es decir, haz lo que dices que vas a hacer. Porque
si no creemos al mensajero, no creeremos el mensaje.
¿Y cómo consigue un líder este preciado tesoro
que es la credibilidad personal ante sus superiores, sus subordinados,
los clientes y proveedores? En primer lugar, es básico que
el líder clarifique sus creencias y valores, su visión
de la empresa, su misión en la misma. Si no sabe qué
es lo que quiere, difícilmente transmitirá a los demás
un mensaje claro y firme. Si no sabe cual es la visión de
la compañía, adónde desea dirigirse, tampoco
lo sabrán sus subordinados, y siempre creará a su
alrededor una imagen de inseguridad. Y por supuesto, el líder
debe clarificar cuales son sus valores más importantes, y
cómo se reflejan estos valores en su día a día
profesional dentro de la compañía. Si una empresa
está provocando perjuicios en el medio ambiente con la fabricación
de sus productos, y el director general tiene entre sus valores
el desarrollo sostenible, deberá plantearse su continuidad
en la empresa, o bien luchar para solventar ese desencuentro.
En segundo lugar, el líder debe alinear sus propias acciones
y decisiones con sus valores, creencias, misión y visión
de la compañía. No vale que todo se quede en bonitas
palabras, hay que actuar acorde con lo que se ha dicho. Con estos
dos pasos, el líder comenzará a caminar con paso firme
hacia la excelencia.
Por último, el líder del siglo XXI debe conocer y
entender a la gente que le rodea, valorar sus opiniones y diversidad,
creer en su talento y capacidad incluso más que ellos, e
inspirarles con pasión, reconocimiento, al mismo tiempo que
exigiéndoles retos mayores. El líder debe poner retos
altos a sus equipos, ya que las personas, por encima de compensaciones
económicas, lo que buscan son desafíos, proyectos
en los cuales encuentren el reconocimiento personal.
Y el camino más rápido y eficaz para aprender todas
estas habilidades que conducen a la credibilidad personal y al verdadero
liderazgo, es un proceso de coaching ejecutivo, evitando así
tener que aprenderlo durante años y a base de experiencias
erróneas.
Javier
Carril
Coach
personal y ejecutivo