No
es extraño en una entrevista laboral que una persona que está
buscando trabajo manifieste su intención de trabajar de cualquier
cosa o en cualquier área o sector, en cualquier modalidad contractual,
en equipo o solo, en un buen clima laboral o no.
Esta
situación, que superficialmente pareciera reflejar una absoluta
predisposición del individuo por conseguir el empleo, refleja para
el análisis del seleccionador, que el postulante consciente o inconscientemente
está incurriendo en alguna/s de las siguientes situaciones:
Su
estrategia para conseguir trabajo es coincidir con todos los
ítems del perfil del puesto. Al desconocer el perfil
exacto solicitado, se muestra predispuesto a todo, a realizar
un trabajo creativo o monótono (le es indistinto),
a trabajar solo frente a una computadora o al contrario sumarse
a un equipo de trabajo numeroso y heterogéneo, etc.
Su estrategia falla, porque al no permitir que el seleccionador
conozca el verdadero perfil y objetivo laboral del postulante,
aquel no puede determinar sus verdaderas competencias laborales.
Aunque mostrar predisposición para conseguir trabajo
es una excelente actitud, esto no significa que debemos exagerar
esta competencia actitudinal al punto de ocultar nuestro perfil.
Inconscientemente,
por desconocimiento de esta práctica, el postulante
no realizó aún el ejercicio básico de
introspección donde analiza sus fortalezas y debilidades
y donde define sus preferencias, donde comprende las competencias
laborales que tiene, las que puede desarrollar y también
los conocimientos, habilidades y actitudes que debe mejorar.
En este caso, el postulante llega a la entrevista sin preparación
ni estrategia y ante las preguntas orientadoras del entrevistador
para conocer su perfil, responde afirmativamente aunque sin
convicción, porque no definió aún su
verdadero perfil laboral.
Un
tercer caso puede ser el del candidato que por diferentes motivos
lleva un tiempo en el duro proceso de búsqueda laboral sin
buenos resultados y que las imperantes necesidades económicas,
la angustia, la pérdida de fe y falta de seguridad lo han
llevado a ampliar deliberadamente su campo de acción (léase
tipo de perfil solicitado, el nivel del puesto, etc.) y postularse
masivamente a ofertas que no coinciden con su perfil laboral. En
muchos casos esto sucede con profesionales de más de 45 años
que se postulan a cargos de seniority inferior y remuneraciones
no acordes a su experiencia y trayectoria. En este caso es evidente
que la estrategia con la que el postulante inició su (re)inserción
laboral mutó por las situaciones ya mencionadas en una suerte
de estrategia del caos, donde lo importante es insertarse laboralmente
ya, sin importar dónde. El seleccionador de personal comprenderá
esta situación y llevará la entrevista con la profesionalidad
que el caso requiere, pero se ajustará al perfil que la búsqueda
establece y desechará como potencial candidato, para cubrir
este cargo en particular, al postulante.
Conclusión:
Buscar
trabajo es un proceso difícil y en algunos casos, largo y tedioso.
Lo importante es determinar cuáles son las herramientas con las
que inicio el camino hacia conseguir empleo. Debo conocer más que
nadie cuáles son mis fortalezas y mis debilidades, cuáles
son mis competencias laborales actuales y qué conocimientos, herramientas
o actitudes me separan hoy del empleo que deseo obtener, y luego de este
análisis, obrar en consecuencia. Aunque estos consejos, a simple
vista parecieran restringir nuestro campo de acción en la búsqueda
laboral, no hacen más que establecer los primeros pasos, lógicos
y factibles, para tener éxito en esta empresa.