Sin
duda alguna, la expectativa de ver una luz al final del túnel,
que señale resplandeciente el término del desempleo, está
siempre presente cuando se experimenta una entrevista de trabajo.
Nuestra
cultura, rica en mitos y en especulaciones, le ha dado a la entrevista
un matiz característico de un examen final, cuyo resultado irrevocable
determina de manera inequívoca la capacidad que se posee para un
algo en particular o la carencia de la misma. Evidentemente lo anterior
podría estar basado en experiencias escolares cuyo impacto subconsciente
dejó una importante huella en quienes se sintieron amenazados por
sus evaluadores.
Pero
la realidad es otra, una entrevista, aplicada por un profesional serio
y objetivo, no es un examen final ni nada que se le parezca, sólo
pretende comprobar que lo plasmado en el resumen curricular encaja perfectamente
con las aptitudes y comportamientos del individuo.
Cuando
se redacta un resumen curricular se crea volante publicitario, donde el
producto es la persona y las razones por las que hay que adquirirlo
están presentes en la experiencia y conocimientos que poseen...
¿pero quien invertiría a ciegas? Resulta obvio suponer que
nadie lo hace. La entrevista es entonces comparable a la necesidad de
comprobar que "el producto" realmente posee las características
que son destacadas en la publicidad del mismo, dicho en otras
palabras, que cubre las expectativas que genera. De ser así el
aspirante pasa a ser un candidato y la probabilidad de ser empleado aumentan
en porcentaje.
Sin
embargo, hay que acotar que existen varios tipos de entrevistas, no todas
tienen el mismo nivel de exigencia o de detalle. En ocasiones, el proceso
de selección está compuesto por cuatro de ellas cuyos nombres
varían pero su finalidad no, estas son: Entrevista de Descarte,
de Habilidad, de Ajuste y de Decisión, tal y como se explican a
continuación:
.
Las entrevistas de descarte se caracterizan por su rapidez
y subjetividad, usualmente no duran más de diez minutos, en
ellas se evalúa la apariencia física, modales, dicción,
facilidad de expresión, aseo personal y contacto visual. Está
orientada a descartar prospectos que de manera inmediata se muestran
ajenos al perfil.
.
Las entrevistas de habilidad están cargadas de un
alto contenido técnico y psicológico, miden la aptitud
y capacidad del candidato, comparando su perfil con el cargo disponible.
.
Las entrevistas de ajuste pretenden visualizar al candidato
en el ambiente de trabajo y comprobar su capacidad de interacción
con el medio.
.
Las entrevistas de decisión se caracterizan por explorar
el nivel de experiencia, el conocimiento practico y empírico,
el valor que se ha podido agregar en el pasado y el que correspondería
otorgar al cargo vacante, así como las competencias presentes
o en desarrollo.
Este
tipo de entrevistas podrían o no converger en una sola e incluso
es posible que se omita alguna de ellas.
Aunque
no puede obviarse el carácter evaluativo de las entrevistas, ello
no debería considerarse un elemento perturbador, de hecho debe
dejar de ser visto como un acontecimiento exclusivo del ambiente laboral.
Constantemente el individuo está siendo evaluado, por todos los
que lo rodean, así como él también lo hace con los
demás, la diferencia radica en el escenario en que se presenta
y el altísimo nivel de expectativas que se acumulan al momento
de asistir a la cita. He aquí algunas sugerencias que podrían
ser de gran utilidad al momento de enfrentarse a una entrevista de trabajo,
incluyendo las situación previa y posterior a la misma.
Al
recibir una llamada donde le expresen interés por entrevistarlo
asegúrese de anotar muy bien el nombre del entrevistador,
la empresa e incluso, si es posible, de quien le ofrece la información.
Prepare
su combinación el día anterior a la cita. Cuide los
más mínimos detalles de limpieza, independientemente
del cargo o nivel que desea ocupar es importantísimo la pulcritud.
El hombre ha de vestirse adecuadamente, evitando el uso de jeans
o camisas casuales. La mujer debe mostrarse elegante, evitando el
exceso de maquillaje (aunque esté de moda), faldas muy cortas
o escotes poco discretos.
Aunque
parezca exagerado organice su arribo al punto de encuentro con una
hora de anticipación, ello le permitirá evitar contratiempos
y mostrarse apurado.
Prepare
un resumen de las responsabilidades que ha tenido, logros y reconocimientos
recibidos, imprímalo y téngalo a mano. Lleve consigo
un resumen curricular actualizado, impreso y/o en diskette, aún
cuando ya lo haya enviado a la empresa.
Procure
ser atendido y anunciado a la persona que lo espera unos quince
minutos antes de la cita, ello permitirá al entrevistador
un lapso adecuado de preparación y le otorgará a usted
buena imagen.
Salude
con energía, pero sin sobreactuar, a la persona, llámela
por su nombre, antecediendo el título o cargo que lo distingue.
Trate siempre de usted, incluso a las personas de apariencia juvenil,
salvo que le pidan lo contrario.
De
las gracias de manera audible a las recepcionistas, secretarias
o asistentes que le escolten hasta el entrevistador.
Muestre
seguridad, estreche la mano y salude dando a conocer su nombre,
en su caso evite utilizar títulos o destacar niveles al hacerlo.
Si incurre en ello corre el riesgo de parecer petulante.
Mantenga
contacto visual, mas no exagere, de vez en cuando busque otros puntos
donde fijar la vista. Evite dirigirla al busto o bajo abdomen, en
cualquier caso, pues corre el riesgo de incomodar al entrevistador
o forjar una imagen inadecuada.
No
haga juicios de valor al lugar, la persona o cualquier otro elemento
que lo distraiga en la oficina, ello le impedirá concentrarse
en la entrevista.
Escuche
con atención las preguntas. Piense bien antes de responder
y al hacerlo trate de exponer la idea principal que persigue el
cuestionamiento, evite rodeos o largas introducciones antes de responder
la pregunta, salvo que ello sea una ventaja para usted.
Al
responder sea lo más honesto posible, la verdad no se altera
y así evita contradecirse ante cualquier juego de palabras
que con habilidad haga el entrevistador.
Procure
utilizar ejemplos cortos que ilustren su respuesta, dejando lo más
importante para usted, si el entrevistador le muestra su interés
por conocer más, descríbalo con detalle y trate de
relacionarlo al cargo que aspira.
Mantenga
una postura segura, no rígida, imagine que habla con alguien
conocido quien merece su respeto, evite movimientos de vaivén,
de piernas o dedos que denoten su estado de ansiedad o nervios.
Evite
consumir chicle durante la entrevista o fumar antes y mientras la
experimenta, aún cuando el entrevistador lo haga.
Mantenga
siempre un lenguaje culto, evite jergas o criollismos, sin pretender
por ello el uso de palabras rebuscadas, obsoletas o de poco uso.
Si no conoce el significado de una palabra no la use.
Si
se siente interesado por el cargo y la empresa hágalo saber
de manera sutil, evite parecer desesperado, necesitado e incluso
urgido, se supone que requiere el trabajo, de lo contrario no estaría
allí.
Si
descubre que el empleo no es lo que suponía, no muestre desinterés,
evite transmitirlo con su lenguaje corporal, puede que se le considere
a futuro para un cargo que sí se ajuste a sus expectativas.
Por
último, despídase con energía, de la misma
manera que saludó, dé las gracias por el tiempo invertido
en la entrevista y procure generar un compromiso de ser avisado
independientemente del resultado, ello denotará su madurez
y seguridad.
Todas
las entrevistas generan presión, pero deben ser abordadas con optimismo,
pues, aún siguiendo los pasos antes mencionados, no se puede garantizar
que la selección será favorable. Es precisamente cuando
no se es escogido que se puede observar uno de los valores más
importantes que ofrecen las entrevistas fallidas: la autoevaluación,
la cual es uno de los 7 hábitos de los desempleados altamente
efectivos. Cada vez que se experimenta una entrevista la oportunidad
de superar a la anterior está presente, se puede de corregir aquello
que se calificó errado en la primera. Es como si se hiciera un
examen que ya se conoce, del cual se poseen las respuestas. Además,
no haber sido seleccionado, jamás significará que se es
incapaz para ejercer el cargo, en la mayoría de los casos la decisión
se basa en que el candidato supera el perfil esperado.