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La mejor entrevista de selección

Miquel Bonet

 

Si le preguntamos a cualquier empresario por lo que considera el bien más preciado de su organización, en la mayoría de casos se referiría a los profesionales de su organización, ya que el factor humano constituye el auténtico capital de una empresa, especialmente en aquellas dedicadas a gestionar bienes intangibles.

 

No obstante tener a los mejores trabajadores o simplemente a los más adecuados depende por una parte del éxito de un buen proceso de selección y por otra de que se cumplan las expectativas deseadas cuando se cruzó por primera vez la puerta del lugar de trabajo.

 

Un proceso de selección realmente eficiente no es un concurso de ofertas para un puesto de trabajo porque además de conocimientos habilidades o experiencia, se desea que el futuro trabajador este motivado no sólo por el puesto y el salario sino que se enamore de nuestra cultura, y además decida defenderla, por ello, además del profesional competente se busca atraer a la persona que está dentro.

 

Para conseguirlo, la entrevista profesional es sin duda el escenario ideal para superar la auténtica prueba de fuego que decide la idoneidad de un candidato aspirante a un trabajo sin obviar la importancia de las pruebas psicotécnicas y virtuales.

 

Sin embargo, hay pocas personas que sepan realizar una entrevista de selección sin caer en tópicos siguiendo un guión que conduzca a obtener información del entrevistado y además, resistiendo a la curiosidad de las respuestas o a la interacción del otro sin perturbar el objetivo previsto, por ello, es conveniente que la entrevista debe estar siempre ordenada por fases.

 

Ante todo hay que crear un ambiente no amenazador a fin de que el entrevistado se sienta seguro, libre y cómodo. Lo propio es presentarse y romper el hielo con temas absolutamente previsibles, el tiempo, el tráfico o cualquier noticia de actualidad.

 

Durante el desarrollo de la entrevista debe mantenerse un esquema de preguntas abiertas y cerradas así como la denominada escucha activa, evitar interrumpir, no discutir, ni juzgar y repreguntar lo necesario a fin de situar el contexto en el espacio personal, ambiental y profesional del entrevistado.

 

Las razones para presentarse al puesto ofertado, sus expectativas, la formación, la experiencia profesional, los motivos del cambio, su ambiente social y familiar, naturalmente la imagen, el grado de comprensión y especialmente su actitud, todo ello es relevante para conocer una persona.

 

La ventaja de seguir un guión permite no olvidarse nada, por ello muchos consultores siguen una misma estructura en todas las entrevistas, no obstante y cuando ha existido una auténtica comunicación entre las partes y se ha respetado la asertividad es fácil conseguir abrir las emociones y por este camino descubrir otros aspectos de la personalidad del entrevistado que pueden resultar decisivos para proponer su candidatura.

 

Si estimamos que la sinceridad y la naturalidad son el camino que puede permitirnos conocer mejor a otra persona, en una situación dominada por el interés profesional como sería una entrevista, la habilidad del entrevistador debe llevarle a eliminar todo el envoltorio de autodefensa que normalmente viste al entrevistado, extrayendo su auténtico yo y sus intereses de forma sutil y eficiente.

 

No es fácil ser un buen entrevistador como tampoco es lo mismo tener información que crear comunicación. El buen entrevistador debe usar su inteligencia emocional para empatizar con el ser humano que tiene delante. Si tuviera que definir un perfil ideal diría que debe ser alguien que ante todo se conozca y acepte a sí mismo porque sólo desde este punto puede ser capaz de comprender mejor a los demás.

 

Miquel Bonet

Abogado y Consejero de Select