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Los modelos de gestión de Personas en las empresas españolas
Gestión por Competencias, Cuadro de Mando Integral, Dirección por Valores, Gestión Integral del Desempeño. Estos y otros modelos de gestión están siendo implantados desde hace algunos años especialmente en grandes empresas con el objetivo de activar y movilizar a las personas que forman parte de las mismas, para que éstas se conviertan en lo que cualquier manual básico de management dice que deberían ser: "El elemento más importante y diferenciador para el éxito de una empresa". Esta sensibilidad o preocupación está cada vez más integrada en los comités ejecutivos de grandes compañías que ven con claridad que el factor humano tiene una repercusión indiscutible en la cuenta de resultados. Poco a poco se hace más patente que los enfoques puramente contables no son los más acertados cuando son personas lo que hay detrás de los números, lo que obliga a buscar nuevos enfoques de gestión, normalmente de la mano de consultoras especializadas. ¿Cómo
se explica entonces el nivel general tan bajo de adhesión
de los empleados a sus compañías, según reflejan
claramente las estadísticas? Un
segundo punto que puede ayudar a situar la cuestión, es constatar
que existen ejemplos de empresas que acreditan de manera clara la
efectividad de la implantación de modelos innovadores de
gestión de Personas, en distintos sectores de actividad,
momentos históricos, contextos de negocio. de modo que parece
descartable la conclusión de que sean un invento fallido
y pasajero sacado de la chistera de algún consultor con vista
de negocio. Si observamos con mayor detenimiento la mayoría de estos casos de éxito, comprobaremos algunas características relevantes:
La última idea que se quiere ilustrar, es la frecuente falta de un análisis crítico de la situación real de la empresa como punto de partida para la implantación de este tipo de proyectos. Una organización es en cierto modo como una persona, y de igual modo que ésta, difícilmente podrá encontrar el camino que le lleve a un estado distinto deseado, si no comienza desde la toma de conciencia de cual es el punto de partida en el que se encuentra. Una empresa en la que no están definidos con claridad los objetivos, donde no se reconocen los logros, donde no hay comunicación continua entre mandos y colaboradores, donde no se comparten retos, visión y estrategia, debería empezar cualquier intento de modernizar sus políticas de Personas por potenciar estos hábitos básicos, aunque tengan menos glamour y se pueda presumir menos de ellos en foros empresariales, ya que de no hacerlo, se produce un aumento en la brecha entre lo que se hace en la empresa, y lo que se dice que se hace en la empresa, y eso aporta más frustración a las personas de la organización. En
conclusión, es básico para el éxito de la implantación
de cualquier modelo de gestión de Personas sea del tipo que
sea, la apuesta real por parte de la Dirección de la empresa
que se convierte un modelo de referencia que arrastra al resto de
la organización, no descuidar los aspectos comunicativos
y formativos del proceso, y tener muy en cuenta cual es el punto
de partida real de la empresa en cuanto a sus hábitos de
dirección de Personas.
Jesús Martínez |