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Las empresas piden a sus ejecutivos un tercer idioma

Ignacio Arellano

 

La capacidad para hablar y escribir en inglés se ha convertido en un requisito prácticamente imprescindible para los ejecutivos de las grandes empresas, más si éstas tienen vocación internacional. En los últimos años, además, estas compañías han dado un paso más, ya muchas exigen el dominio de otro idioma añadido o valoran esta capacidad en la historia profesional de sus empleados. Son conclusiones del estudio Necesidades idiomáticas en la empresa, elaborado por el Grupo de Idiomas de la Comunidad de Escuelas de Negocios Europeas.

 

El inglés es fundamental porque su uso ya es habitual en muchas presentaciones, encuentros y negociaciones, que en estas últimas resulta necesario tener fluidez y un vocabulario amplio. No basta con hablar, sino que hay que hacerlo con seguridad.

 

Según el estudio, realizado a partir de 34 entrevistas cualitativas, la expansión del inglés como el idioma de los negocios no ha llegado a su punto álgido. La globalización no hace sino acentuar esa tendencia y las nuevas tecnologías -la extensión del uso del correo electrónico para comunicarse con clientes, colegas y proveedores- ha acentuado las exigencias en relación a la capacidad de escribir en este segundo idioma.

 

Ni siquiera el inglés es suficiente cada vez para un número mayor de empresas. La integración europea es uno de los motores de este cambio que, según los autores del estudio -coordinado por expertos en la enseñanza de francés, inglés y alemán-, 'es un signo de mentalidad abierta'. De hecho, este tercer idioma se exige en el caso de los expatriados que van a países de habla no inglesa. Se suele considerar una falta de respeto cuando no se hace el esfuerzo de hablar el idioma local. Eso sí, el nivel exigido para este tercer idioma -en caso de que el inglés no sea la lengua materna- no es tan alto como para el caso del inglés. Esta conclusión general tiene, sin embargo, una excepción: que el trabajo en cuestión exija trato con clientes o representantes públicos locales.

 

Las escuelas de negocios son conscientes de todas estas exigencias. La mayoría de ellas dedican un esfuerzo importante a que sus alumnos aprendan distintos idiomas al inglés con el objetivo de pasar por un nativo. De hecho, el objetivo del estudio ha sido obtener un conocimiento 'realista y detallado' de las capacidades de comunicación en otros idiomas que exigen las empresas y organizaciones con las que está en contacto la CESM.

 

Ignacio Arellano

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