Racionalización de los horarios de trabajo
Desde siempre, el tiempo ha sido un motivo de conflicto. Se debatía hace quince días en el Congreso Nacional para la Racionalización de los Horarios sobre el tiempo humano y su relación con el tiempo económico, en donde situar el punto para que el tiempo siga siendo oro, para la empresa y para las personas. Un nuevo congreso, y ya van seis, pero el problema de España y sus usos y costumbres laborales sigue ahí, como si el tiempo se hubiese detenido pese a que los expertos insisten en que el equilibrio trabajo-vida personal dinamiza la economía.
El superpuente de la semana que viene, con un martes y un jueves festivo, en una coyuntura económica crítica y en vísperas navideñas, concentra los principales elementos a la hora de analizar el binomio trabajo-tiempo en España: la distribución de las vacaciones, los índices de productividad, la calidad y organización de las horas trabajadas, la conciliación y cómo influye el bienestar personal. "En España y en la Europa del sur hay una relación inversa entre la productividad y las horas trabajadas. Este es uno de los países en los que más tiempo se pasa en el trabajo (1.653 horas al año), y en cambio el rendimiento es menor que en Francia (1.561) o Alemania (1.418), con horarios más cortos", señala Carme Poveda, del gabinete del estudios de la Cambra de Comerç.
Los problemas son, señala, la falta de eficiencia, cualificación, innovación, flexibilidad de la jornada y la cultura del presentismo laboral. Existe ya una importante conciencia colectiva sobre la necesidad de cambiar a fondo esta estructura laboral y muchas empresas están en ello, pero el proceso será largo. La productividad, entendida no cómo la explotación pura y dura del trabajador sino como el aprovechamiento del tiempo, es la clave. Por citar algunos datos, la productividad por hora en España se situaría en el 83,3% (en relación a la Europa de los 15), la de Francia sería del 123% y la de Alemania del 104.4%.
Este próximo largo puente o acueducto es un signo más de que en España la productividad no se considera un tema importante, señala Consuelo León, profesora de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC). Junto a las Navidades, serán dos semanas del mes de diciembre "desaprovechadas" porque los días festivos intercalados arrastran el ritmo del resto de la semana. La industria y lo que le rodea (transporte, reparto de mercancías...) se resienten especialmente.
La CEOE propuso en octubre que los festivos entre semana se pasen a lunes o viernes para evitar el efecto puente y también porque los estudios indican que estos días son los menos productivos. Se trataría de cambiar los acueductos por puentes más breves sin perder días de fiesta, un debate difícil porque afecta a los sectores que sí se benefician: hoteles, restaurantes, servicios relacionados con el turismo, servicios culturales, ocio, transporte y alimentación. Sea como sea, hay coincidencia mayoritaria entre los expertos que el problema en España no son los días de vacaciones
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