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Sarkozy aboga por un nuevo orden social mundial

EFE

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El presidente francés, Nicolás Sarkozy, hizo hoy un llamamiento a establecer un nuevo orden social mundial y a no repetir los errores del pasado, aquellos de un «capitalismo que se volvió loco a fuerza de no someterse a ninguna regla».

«La regulación de la mundialización es la cuestión crucial», afirmó Sarkozy, quien agregó que quienes dicen que todo podrá seguir como antes cuando se resuelva la actual crisis económica y financiera «hacen un análisis totalmente suicida».

Sarkozy, que intervenía ante la Cumbre Mundial por el Empleo, que se abrió hoy en Ginebra, afirmó: «mi mensaje es muy simple, no esperemos para actuar a que sea demasiado tarde».

Se preguntó si ante la miseria, el hambre, los trabajos forzosos, el cambio climático que amenaza la supervivencia de una parte de la humanidad «¿tenemos derecho a esperar?».

Y ante el «capitalismo financiero que se volvió loco a fuerza de no someterse a ninguna regla y del que empezamos a ver hasta qué punto puede ser destructor ¿sería razonable esperar más?».

Igualmente planteó que si «hay que esperar que la crisis económica, financiera, climática, social se transforme en una crisis política a escala planetaria para decidirnos al final a cambiar».

El presidente francés aseguró que la globalización no puede gobernarse sólo por la oferta y la demanda, renunciando a principios morales.

«La mundialización no sobrevivirá a la ley de la selva, porque no puede haber libertad sin reglas», dijo, y recordó que «la OIT ha defendido siempre esa tesis a contracorriente de la ideología dominante».

Por ello, propuso una «revolución en el gobierno mundial» para que las normas que están inscritas en los acuerdos internacionales sean aplicadas efectivamente.

En esta nueva forma de Gobierno, según Sarkozy, la OIT debe tener derecho a decir la última palabra ante la OMC, el FMI o el BM cuando están en juego normas fundamentales que ella se encarga de respetar.

«Necesitamos reglas que se conviertan en normas que se impongan a todos. No se trata de armonizar al detalle todas las legislaciones de trabajo. No se trata de imponer a los países más pobres las normas sociales de los países más ricos. Se trata de poner en pie entre las naciones un sistema de reglas que tire de todo el mundo hacia arriba en vez de tirar de todos hacia abajo», subrayó.

Y pidió que las intervenciones del FMI, del Banco Mundial, de los bancos de desarrollo se sometan a un condicionamiento medioambiental y a uno condicionamiento social.

«No es normal que el FMI o el BM vayan a ayudar a un país sin que se le pueda pedir que respete las reglas elementales en materia de trabajo, de medio ambiente o de salud pública».

Pero al mismo tiempo, dijo, «no se le puede pedir a un país que respete un cierto número de exigencias sociales e imponerle planes de ajuste con consecuencias sociales y humanas desastrosas».

«Para poder dar lecciones, las ... continua >>

 


 
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