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El fútbol y la empresa
Últimamente se han descubierto las enormes coincidencias que existen entre la práctica del deporte profesional y la vida empresarial , eso tendría poco mérito sino fuera porque se está generando una cultura de formación a directivos aplicando algunos principios reservados en principio al ejercicio deportivo. La conexión es fácil porque el ser humano vive relacionado con todo lo que le rodea, por otra parte, mente, cuerpo y espiritualidad configuran el triángulo de la aspiración vital en armonía. En mi limitada experiencia como veterano y aún practicante del fútbol que es uno de mis vicios ,he observado con el tiempo que la gente se mueve y actúa en la competición deportiva de la misma forma que lo hace en su vida normal y tengo pruebas de ello, viendo a personas que conozco desde hace años en el ámbito laboral, he comprobado que aquel que no "suelta la pelota para nada" en la empresa no delega y es muy individualista. También, el que es muy fantasioso y poco efectivo, reproduce sus filigranas en la escasa concreción cuando debe tomar decisiones, el marrullero ,lo es también en el trabajo en equipo y en cambio el buen asistente de campo siempre reparte juego para los demás, colabora, aporta valor y mejora el trabajo de todos. Para buscarle una aplicación práctica, me atrevería a decir que las personas en nuestro comportamiento social, y específicamente en la traducción del mismo al servicio de una corporación funcionamos siempre mejor en la medida en que existe una congruencia interna entre lo que queremos hacer realmente, lo que hacemos y la forma en que todo ello llega a los demás. La gente que nos dedicamos a observar a los otros con un fin tan leal y rentable como sería colaborando al descubrimiento de sus propias competencias para tratar de mejorarlas, por la vía de la formación, el mentoring o el coaching, acostumbramos, al menos yo lo hago, a tener en cuenta la forma de vida , el entorno y su comportamiento en general porque todo ello es consecuencia de su forma de actuar profesional. Por ejemplo, si hablamos de valores que es un tema que está tan de moda y que sólo hace falta que se practique, tenemos muy claro que la única forma en que éstos se manifiestan no es otra que a través de la conducta de alguien, por tanto, es fácil adivinar si un líder realmente dirige con valores o se escuda en ellos para manipular a su gente. Basta con saber cómo vive, cómo trata a su pareja y a sus hijos porque casi todo es congruente a no ser que sea un psicópata. Y si nos referimos a emociones, ya es hora de creerse que el triunfo tiene mucho que ver con la habilidad para racionalizar y provocar emociones en los demás , aceptemos que para entendernos mejor, siempre será más fácil con gente capaz de ponerse en nuestro lugar, no puedes comprometerte a algo que no te interesa y una cosa más, todo eso puede aprenderse. Me temo que como me ocurre a mí, todos recibimos diariamente convocatorias a cursos , seminarios, charlas , masters, como nunca había pasado, eso se debe a dos factores, la velocidad mediática y la competitividad, pues a más innovación, más globalización, más mercados, más gente a quien vender y además más patrones a copiar y con mayor facilidad, pero quizás olvidamos varias cosas, la primera que no todos somos ronaldinhos, por desgracia, ni por talento, ni sobre todo por esta sonrisa única que le proporciona haber descubierto que sabes hacerlo mejor, de forma genial, disfrutar con ello y que te paguen una millonada. Veo a muchos ejecutivos en los aeropuertos devorar 2 y 3 libros de autoayuda , como si allí existiera la panacea del bien hacer, pero a lo mejor, deberíamos ser algo más realistas, ni una empresa, ni siquiera un ser humano se hacen a golpe de manual, los modelos de otros casi nunca son copiables porque como decía Ortega, somos cada uno con nuestras circunstancias y por último, los libros simplemente, no enseñan, algunos, los muy buenos, llegan a motivar para aprender después practicando. Lo bonito que tiene el deporte es que sólo compruebas los resultados, disputando la competición, en mi experiencia actual pues, se suda, se sufren patadas y aunque trates de aplicar lo de Cruyff "dejando que corra la pelota" a mis años, pues miré usted, no somos el astro holandés, hacemos lo poco que sabemos y faena tenemos para acabar en la cancha, porque el espectáculo de verdad, consiste en reunir a 7 "locos sesentones" verlos correr detrás de una bola y meterla entre 3 palos, pero eso sí, con dignidad y sorteando al competidor, más o menos como en el mercado. Finalmente, quiero quedarme con algunas conclusiones, la primera, trabajar con gente es necesario , por tanto mejor que sean personas con la que te lleves bien ,segundo, en cada equipo uno sabe hacer bien algunas cosas, por tanto lo natural y más eficiente consiste en que cada cual se ocupe de hacer bien lo que sabe hacer, tercero, no obsesionarnos con los liderazgos porque la mayoría no quiere mandar, prefiere obedecer, repartamos los rols no por lo que saben, ni siquiera por lo que saben hacer, sino, por lo que están dispuestos a aprender, busquemos gente flexible y adaptable y por último, sepamos rodearnos de buenos profesionales, pero que sean mejores como personas.
Miquel Bonet abogado consejero de Select |