Cómo
desarrollar un pensamiento estratégico (1)
Santiago
Antognolli
Somos
lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es
un acto, sino un hábito. Aristóteles.
El
saber mirar y actuar estratégicamente en una empresa es una
habilidad que como el nadar ó andar en bicicleta no se puede
adquirir leyendo libros o artículos.
Hay que practicar, caerse, equivocarse y de repente uno sale andando
o nadando sin saber exactamente que cambió, pero dominando
el tema. A veces necesitamos un tutor que nos vaya sosteniendo la
bicicleta hasta que hacemos ese click que nos cambia la perspectiva.
Por eso es tan difícil explicar, en teoría, la mejor
forma de ser empresario y entonces aparecen infinidad de métodos,
leyes, sistemas y todos parecen ser correctos - de hecho lo son
- y sin embargo no siempre el aplicarlos arroja buenos resultados.
El problema es que cada empresa - como si fuera un individuo - tiene
una forma de ser y de hacer que es única e irrepetible y
el generalizar con prácticas de gerenciamiento puede ser,
muchas veces, peligroso. Lo que es bueno para una empresa no lo
es para todas.
Así el asegurar que todo el mundo tiene que realizar ejercicios
físicos diariamente para mantenerse en forma, puede ser peligroso
para muchas personas.
Lo que si se puede asegurar es que hay que hacer ejercicios de acuerdo
a su estructura física, su estado de salud, su edad, su trabajo
y sus objetivos de vida, y muchas veces lo mejor es no hacer ningún
ejercicio.
Lo mismo pasa con las organizaciones, cada una, de acuerdo a infinidad
de variables (mercado, tamaño, cultura, tecnología,
coyuntura, etc.) exige prácticas distintas.
Así aparecieron prácticas de moda que resultaron exitosas
en algunas empresas y fueron nefastas en otras (rezising, downzising,
tercerización, fusiones y adquisiciones, etc.), en todas
se encontraron explicaciones del fracaso después que este
se produjo.
En mi opinión, lo ideal es tratar de entender cual es la
esencia del pensamiento estratégico y, practicándolo,
tratar de ejercerlo.
Cuando se entiende, y se ejerce, el pensamiento estratégico,
se pueden encontrar muy rápidamente cuales son las acciones
necesarias para el éxito de cualquier organización.
Se perciben cuales son las fuerzas que están actuando, que
debilidades tiene la organización, que acciones correctivas
son urgentes y cuales a mediano plazo, como deberá cambiar
en el futuro para sobrevivir y si la organización es viable
o no.
Voy a tratar de brindar, en sucesivos artículos, herramientas para
que se puedan ir aplicando a fin de desarrollar ese tipo de visión.
Insistiendo siempre que la única forma de adquirir esa habilidad
es practicándola.
El
primer paso es entender que la empresa y el empresario son parte
de un sistema, que está compuesto a su vez de varios sub-sistemas
y que todos influyen sobre todos. Así una empresa influye
en el mercado en que se desenvuelve, brindando nuevos servicios
o productos, y a su vez el mercado influye sobre la empresa al ir
madurando y exigiendo otro tipo de servicio/producto.
La coyuntura - o medio ambiente - influye sobre el mercado, en las
crisis o etapas de crecimiento y el mercado influye sobre la coyuntura
si los habitantes de una región comienzan a consumir porque
tienen confianza en el futuro.
Quizás sirva para entender este concepto el explicar que
el cuerpo humano es un sistema similar, también esta compuesto
por varios sub-sistemas (sistema respiratorio, digestivo, nervioso,
circulatorio, etc.) y que un cambio en uno de ellos influye en todo
el resto. Así para interpretar un síntoma, como un
dolor de cabeza, hay que conocer como están funcionando cada
uno de los sub-sistemas. Todo el mundo entiende hoy en día
que un dolor de cabeza puede ser consecuencia de distintas causas
fiebre, hígado, digestión, constipación, etc.
Y, para complicar un poco más las cosas, también puede
ser consecuencia de un sub-sistema intangible como el psicológico,
el stress puede causar dolor de cabeza.
De la misma forma en el mundo empresario un síntoma (caída
de ventas, rentabilidad, pérdida de mercado, problemas constantes,
calidad, etc.) puede tener varias causas. Esto va a depender de
cada empresa y del medio en el que desenvuelve.
Una representación gráfica posible del sistema empresa -
empresario puede ser:
Vamos
a comenzar a ver ahora las herramientas de interpretación
de este sistema.
Intencionalmente coloco al empresario fuera de los límites
del sistema porque, a pesar de formar parte del todo, es imprescindible
que él mismo, para entender como funciona, lo mire como un
espectador.
Sobre lo único que el empresario tiene posibilidad de actuar
es sobre la empresa, y de esa forma hacer que esta actúe
sobre el resto del sistema, o hacer las modificaciones necesarias
para que esta se adapte a los cambios del mercado y el entorno.
El problema más común entre los empresarios es situarse
dentro de la empresa misma y desde allí intentar sortear
las dificultades, que, generalmente, son consecuencia de varias
causas distintas.
Esto es lo que llamo Miopía Empresaria.
Los empresarios se centran en la empresa y, si bien es cierto que
es sobre lo único que tienen posibilidad de actuar, no tienen
en cuenta el resto del sistema, por lo que muchas veces gastan un
montón de tiempo, esfuerzo y dinero modificando o mejorando
el producto cuando en realidad tienen problemas de distribución,
de coyuntura económica, de coyuntura política, de
clientes que crecieron ó de segmentación elegida.
La única forma de pensar estratégicamente es visualizar
y entender como funciona este sistema, para ello voy a tratar de
darles herramientas para estudiar a cada sub-sistema por separado,
y a su vez interpretar como interactúan entre sí.
Voy a tratar cada sub-sistema por separado para entenderlo, y luego, en
cada uno tratar de explicar como interactúa con el resto.
El
empresario:
Voy
a comenzar con el empresario ya que es el que con su accionar tiene
mayor influencia sobre todo el sistema. Si bien no tiene injerencia
sobre el mercado ni sobre el entorno, si puede cambiar la empresa
para que se adapte al medio, que es el fin único de toda
organización, sobrevivir.
El empresario es un individuo y, por definición, es un ser
único. Cada uno tiene su propia forma de encarar la vida
y de hacer las cosas, sus propios paradigmas y su propia historia
que influye en sus acciones y decisiones.
Si bien no podemos generalizar en cuanto a comportamiento, si podemos
decir que hay hábitos y formas de hacer que son comunes a
los empresarios exitosos.
Todos tenemos hábitos de conducta, de acuerdo a nuestra formación,
historia, carácter, etc. Y la única forma de erradicar
hábitos incorrectos es reemplazarlos por nuevos hábitos,
y estos tienen una sola forma de ser adquiridos: practicándolos
y ejerciéndolos.
Son esos hábitos:
-
Comenzar con un fin en mente.
-
Pro actividad.
- Manejos
del tiempo.
-
Pensar en ganar - ganar.
-
Centrarse en principios.
Comenzar
con un fin en mente: para saber si vamos en la dirección
correcta debemos saber hacia donde vamos. Debemos tener una visión
de lo que queremos que sea nuestra vida. Un ejercicio propuesto
por S. Covey en "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva"
es:
Imagine que está conduciendo hacia un velatorio, al llegar
toma conciencia de que es su propio funeral y se sienta al fondo
de la sala. Percibe que cada uno de los presente va a decir unas
palabras sobre lo que usted representó para ellos en su
paso por esta vida. Así cada una de las personas que tuvo
contacto con usted va a hablar de ello.
Imagine que quiere que digan de usted su esposa/marido, sus hijos,
sus padres, sus jefes, sus empleados, sus proveedores, sus clientes,
etc.
En cada uno de esos discursos usted tiene una guía de conducta,
una forma de hacer cada cosa, un patrón para cada decisión.
Esta visión es totalmente independiente de la visión
de la empresa, es para usted como persona, la visión de
la empresa va a ser una de las consecuencias de su forma de pensar.
Si puede escriba cada uno de los discursos imaginados y téngalos
presente de forma que el cumplirlos se transforme en hábitos
de conducta.
Pro
actividad: Existen tres tipos de actitudes ante las cosas
que nos pasan, la pasividad que es no hacer nada, la reactividad
que es reaccionar cuando pasa algo y la pro actividad que es hacer
que las cosas pasen.
Es condición indispensable para el éxito en la gestión
empresaria actuar pro activamente.
Esta es la cualidad esencial que nos distingue de los demás
miembros del reino animal. Es lo que nos hace los arquitectos de
nuestro propio destino. Nos da la libertad de escoger nuestra propia
respuesta a los estímulos del medio ambiente.
El ejercer este hábito junto con el primero de tener un fin en
mente nos asegura la dirección y la velocidad de crucero de nuestra
vida.
Manejos
del tiempo: las teorías modernas de dirección de
empresas aseguran que hoy estamos como estamos como consecuencia de las
decisiones tomadas en el pasado, por lo que tenemos que tomar hoy las
decisiones correctas para forjar un futuro. Este hábito nos permite
dar prioridad a lo importante dejando de lado lo urgente. Y lo importante
está fijado por nuestros objetivos.
S.
Covey en la obra citada, describe muy bien los elementos de manejo del
tiempo en función de su urgencia y su importancia.
|
Urgente |
No
Urgente |
Importante |
cuadrante
1 |
cuadrante
2 |
No
importante |
cuadrante
3 |
cuadrante
4 |
Cada
uno de los acontecimientos de todos los días puede ser encuadrado
dentro del gráfico.
Así:
Si la mayoría de nuestras actividades están dentro
del cuadrante 1 importante-urgente, estamos en
continua crisis, apagando incendios, con estrés, vencimientos
impostergables, los acontecimientos nos manejan a nosotros.
En el cuadrante 3 no importante-urgente, reaccionamos
con urgencia a cosas que no son importantes para nosotros, estamos
atendiendo prioridades de terceros.
Muchas veces ocupamos nuestro tiempo en el cuadrante 4 no
urgente-no importante, como escape de estar actuando mayormente
en el cuadrante 1, cuando normalmente esas tareas deberían
ser desechadas.
Cuando, ejerciendo los dos primeros hábitos, logramos ocupar
la mayor parte de nuestro tiempo en el cuadrante 2 importante-no
urgente tenemos el manejo de nuestro tiempo, estamos planificando,
anticipando problemas. Normalmente cuando algo no es urgente lo
dejamos para después, y vivimos siempre en el cuadrante 1.
El ejercicio de este hábito nos permite planificar nuestras acciones
y anticiparnos a los problemas.
Pensar
en ganar - ganar: muchos empresarios piensan que los negocios
son un sistema de suma cero, es decir que lo ellos ganan alguien
lo debe perder, y pasan gran parte de su tiempo pensando cómo
sacar partido de la otra parte.
Los negocios son, por definición, generadores de riqueza,
de todo tipo, por lo que si usamos nuestra capacidad en fabricar
tortas más grandes, en lugar de pensar en como dividirlas,
lo más probable es que obtengamos porciones mayores en cada
trozo que nos toque.
Siempre debemos pensar en el bien común, esto es posible
hasta con los competidores más directos.
Al generar mercados más grandes y más accesibles a mayor
cantidad de gente estamos colaborando a la posibilidad de un mundo mejor.
Centrarse
en principios: los principios son como faros, leyes naturales
que no se pueden quebrantar. Los principios son verdades profundas,
fundamentales, de aplicación universal.
Son incuestionables para obtener éxito la rectitud, la honestidad
y la integridad que son la base de la confianza. La calidad, el
entender que hacer las cosas con excelencia genera un mundo mejor.
La dignidad y la potencialidad, el entender que todos tenemos capacidades
y que podemos crecer.
El servicio que es contribuir al crecimiento del otro.
Dice S. Covey: "Dudo de que alguien pueda seriamente considerar que
la mala fe, el engaño, la bajeza, la inutilidad, la mediocridad
o la degeneración sean una base sólida para la felicidad
o el éxito duradero."
La
primera herramienta para poder adquirir el pensamiento estratégico
es trabajar sobre uno mismo.
Estos hábitos van a darnos la posibilidad de seguir un camino a
velocidad cierta para ir al lugar que fijamos como objetivo.
El
mercado
A veces, cuando considero las tremendas consecuencias de las
pequeñas cosas.
Me siento tentado a pensar.Que no hay cosas pequeñas. Bruce
Barton.
Vamos
a comenzar a ver ahora las herramientas de interpretación
del sub sistema Mercado.
Hay que entender, antes que nada, que el mercado es un sistema en
constante transformación, que interactúa con las empresas
que están inmersas en él y con el entorno.
Las empresas inciden en esos cambios al ofrecer nuevos productos
o servicios y a su vez el mercado obliga a cambiar a las empresas
al modificar gustos, hábitos, al crecer, al interactuar con
otros mercados y copiar gustos y hábitos distintos.
Estos cambios son no sólo en el sentido del crecimiento y
modificación lineal, sino que al cambiar se va, también,
segmentando en distintas direcciones.
Así, parece ser el final de estas transformaciones el mercado
unipersonal, donde habrá que ofrecer un producto para cada
persona.
De hecho, muchas de las teorías de marketing de última
generación hablan del marketing uno a uno.
La empresa Ford ofrecía el automóvil del color que
usted quisiera, siempre y cuando este fuera negro.
Hoy cada marca de automóviles tiene 8 o 10 modelos distintos,
dentro se cada modelo 6 o 7 versiones (con aire, levanta vidrios,
air-bag, con baúl, sin baúl, etc.) y cada uno de ellos
en varios colores distintos. A pesar de esto muchos jóvenes
de hoy en día modifican sus autos bajando la suspensión,
agregando luces y espejos diversos.
En los años 60 la etiqueta de la vestimenta estaba en el
interior de la misma y la mayoría de las prendas lucían
similares, hoy en día es imprescindible colocar la marca
en lugar bien visible haciendo que cada una sea distinta y se distinga
del resto (aunque tengan la misma calidad).
La oferta de alimentos en las góndolas de supermercados es
infinitamente superior, en marcas y productos, que hace 10 años.
En Argentina a casi nadie se le ocurre hoy en día ir a buscar
a un negocio una pizza o empanadas para comer en casa, el delivery
es parte del servicio mínimo que deben ofrecer estos.
La venta y la oferta de servicios y productos a través de
Internet están creciendo geométricamente.
Esto que parece una enorme dificultad para muchos, visto estratégicamente,
es una gran oportunidad para aquellos que lo entiendan y estén
dispuestos a cambiar o a ser generadores de estos cambios. En definitiva
cada cambio genera un nuevo mercado.
Si entendemos esto y aceptamos que el mercado es un ente en continua
evolución y cambio, y que la empresa vive por, y para él;
entonces entenderemos que la empresa debe estar continuamente adaptándose
y provocando esas modificaciones.
Esta es la primera visión estratégica que tenemos
que tener del mercado, si no aceptamos esto no vamos a poder desarrollar
ninguna estrategia, ya que esta debe ser lo suficientemente flexible
como para estar continuamente en adaptación.
La empresa, sin mercado, no existe ni tiene razón de ser.
Para
plantearnos la estrategia de mercado de nuestra empresa debemos contestarnos
dos preguntas:
Las
respuestas, a simple vista, parecen obvias pero no es así.
Que
vendemos/nos compran:
Generalmente,
las empresas, concentran su atención en el servicio o producto
que producen, sin entender el proceso de compra en su totalidad.
Para explicar el proceso de compra quizás sirva de ejemplo
el conocer como la empresa Disney actúa al respecto. En una
charla que me tocó asistir, ofrecida por el entonces Gerente
de RRHH del grupo, nos explicó que ellos consideran que la
experiencia de visita al parque no se debe empañar en nada,
aún en aquellas cosas que no son responsabilidad de la empresa.
Si algo no grato sucediera durante la visita el recuerdo de la experiencia
de esa persona no sería grato y quizás no desearía
regresar, de esa forma las enormes inversiones realizadas perderían
la eficacia necesaria y el retorno de la inversión disminuiría.
Así, con medidas extremadamente sencillas, cuidan de infinidad
de detalles: En el estacionamiento de automóviles el empleado
que asiste a los que van llegando y les indica su lugar, anota en
una pequeña libreta, a mano, a que hora se completa cada
fila del enorme patio. De esa manera, si alguien se olvida del lugar
donde estacionó, este empleado le pregunta a que hora llegó
y le puede decir en que fila está su automóvil. Tienen
una cerrajería que fabrica inmediatamente las llaves del
auto si alguien las pierde. Tienen un gomería para ayudarle
a cambiar el neumático si este se pincha. Es responsable
Disney de cualquiera de estas dificultades?. Si usted perdió
las llaves, o se olvidó de su lugar en el estacionamiento,
o se pinchó una goma, no es un problema suyo?. No, no y no!!
Si pensamos en el acto de venta de nuestro producto o servicio como
un proceso, como una experiencia, donde cada momento de contacto
con nosotros, y aún después, necesariamente tiene
que ser placentero, vamos a prestar atención a la enorme
importancia de los pequeños detalles.
Desde la atención telefónica, hasta el packaging,
pasando por el cierre de la venta, son oportunidades de brindar
una atención única que nos diferencie de la competencia.
Además del proceso de venta, que tiene que ver con el servicio
que brindamos, debemos recorrer las conocidas 4 P del marketing
para decidir mejor nuestra estrategia de mercado.
Producto:
Debemos saber exactamente que estamos vendiendo, y esto no siempre
es fácil.
Así cuando un joven compra un par de zapatillas Nike a 300
o 400 pesos, está comprando sólo zapatillas?. Cuando
un señor compra un automóvil Mercedes Benz, está
comprando sólo eso?.
Junto con cada producto comprado hay un atributo que es lo que realmente
valora el comprador. Muchas veces un mismo producto tiene atributos
distintos para distintas personas, algunas compran marcas, otras
pertenecer a un grupo, otras seguridad, otras sólo precio.
Debemos tratar de encontrar esos atributos, de esa manera podemos
potenciarlos, mostrarlos ó cambiarlos. De otra manera corremos
el riesgo de modificar el producto en la forma equivocada, o incrementar
costos con atributos que no representan nada para nuestros clientes.
Precio:
Muchas empresas basan toda su estrategia en tener precios bajos,
creyendo que es el único atributo que reconocen los clientes.
Los clientes pueden comparar precios sólo ante productos
idénticos. Si el nuestro tiene aquellos atributos que el
cliente busca, seguramente vamos a poder obtener una mayor rentabilidad.
La estrategia de precios debe ser planteada de acuerdo a nuestra
oferta que tiene varias alternativas.
Ofrecer más por menos: resaltar atributos respecto a la competencia
y un precio menor.
Ofrecer más por lo mismo: el mismo precio con otros atributos
Ofrecer menos por menos: productos más sencillos y de menor
precio.
Ofrecer más por más: como Nike y Mercedes Benz más
atributos por mayor precio.
Nadie ofrece menos por más, por supuesto.
Cuando hablo de atributos no me refiero a productos más costosos
o menos costosos, me refiero a atributos que valora el cliente y
que generalmente no aumentan el costo del producto.
Promoción:
Es imprescindible que los potenciales clientes sepan que existe
nuestro producto o servicio y, sobre todo, conozcan que atributos
tiene.
Esto depende de los recursos con que contemos y de los que necesitemos
realmente. Muchas veces se dilapidan recursos en campañas
que no están bien dirigidas y que no resaltan exactamente
los atributos del producto.
A veces con muy poco dinero se puede llegar en forma efectiva al
cliente, sobre todo usando el potencial de Internet.
Esto no pretende ser un tratado de publicidad, sino resaltar que
cuando desarrollamos la estrategia debemos tener en cuenta que tipo
de promoción podemos y debemos hacer.
Posicionamiento: (distribución)
Debemos hacer que los potenciales cliente tengan fácil acceso
al producto, que puedan juntarse con él sin esfuerzo.
Aquí debemos tener en cuenta el proceso de compra y especialmente
que tiene que hacer el cliente para juntarse con el producto.
En lo últimos años se produjeron cambios increíbles
en cuanto a distribución, siendo muchas veces este el atributo
más valorado.
Así podemos comprar libros en estaciones de servicio, aún
pagando un precio mayor.
He visto a jóvenes comprar gaseosas y papas fritas en un
negocio de las farmacias Farmacity.
Personalmente he comprado libros y máquinas de fotos en Internet.
Debemos considerar la distribución como un atributo más,
y, si usamos la creatividad podemos diferenciarnos enormemente de la competencia,
o crear nuevos hábitos de consumo.
A
quien le vendemos:
Debemos identificar lo mejor posible que segmento del mercado vamos
a asistir o vamos a generar.
El preguntarnos quienes son o van a ser nuestros clientes nos va
permitir definir todos los puntos anteriores.
Debemos estudiar todo lo posible a nuestros potenciales cliente
y, si es posible, hasta saber como piensan. Averiguar como usan
el producto, con que frecuencia, que valoran, que les molesta.
En definitiva porque compran lo que nos compran.
Si en determinado segmento tenemos una competencia muy fuerte o demasiados
competidores, lo que reduce la rentabilidad, podemos crear un nuevo segmento
que, si bien a veces es más pequeño, pueda ser más
rentable. Esto se puede lograr cambiando o ampliando los atributos del
producto o servicio.
Conclusiones:
Este artículo no pretende ser un tratado sobre marketing
o ventas, simplemente quiero destacar una forma de mirar las cosas,
y si es posible, generar una visión estratégica respondiéndonos
las preguntas que seguramente surgirán al seguir estos conceptos.
Lo más importante es entender que el mercado es un ente en
constante evolución y cambio, y que interactúa con
las empresas y el entorno en un equilibrio donde continuamente están
adaptándose uno al otro.
Al pensar estratégicamente vamos a poder decidir que cambios
debemos hacer en nuestra empresa para adaptarla, o para generar
los cambios.
Siempre debemos recordar que cada empresa es un ente único e irrepetible,
por lo que cada una deberá generar la estrategia que mejor se adapte
a su sistema empresario - empresa.
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