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La nueva gestión del liderazgo

Redacción

 

Ya inmersos en el siglo XXI, nos encontramos con ciclos económicos caracterizados por los vaivenes de la bolsa, una alta competitividad ante la globalización y una actividad muy intensa, los expertos del management recomiendan modos de dirección más sensitiva, resaltando la importancia del capital humano.

 

Desde que Daniel Goleman dio a conocer el concepto de Inteligencia Emocional, muchos expertos recomiendan una aplicación del refuerzo en las habilidades directivas y la aplicación de la flexibilidad en la gestión de los recursos humanos en las organizaciones, dando una alta importancia al concepto de “socialización” de las empresas, es decir, hacer más humano el trato hacia los colaboradores, dejando a un lado el paternalismo empresarial y la política del aquí mando yo.

 

Hemos llegado a la revolución de las organizaciones, la introducción de las nuevas tecnologías y el mayor peso de las mujeres en puestos directivos, nos lleva ha hacer un cambio en la forma de liderar todos los elementos de las organizaciones.  Es así, ya que por un lado el acceso de las mujeres a puesto de responsabilidad, a dotado a las empresas de un cambio de estilo respecto a las relaciones con los subordinados; la llegada de las nuevas tecnologías, ha llevado el acceso de la información a todo el mundo.  Y por último se ha mejorado el grado de satisfacción del empleado, ya que ahora existen mayores oportunidades para cambiar de empleo, con lo que podemos valorar, la mejor relación jefe-subordinado, algo que cada vez es más importante en la satisfacción de los empleados.

 

Todo esto nos indica, que los nuevos lideres tienen que personalizar la gestión del factor humano en la empresa y sobre todo, deben de saber cubrir las necesidades de cada uno de sus subordinados, flexibilizando la actividad antes los cambios que se producen en las organizaciones.  Ante estas circunstancias los líderes deben de aplicar las siguientes capacidades a su trabajo diario:

 

- Capacidad de trabajo en equipo. Los subordinados necesitan implicarse en los proyectos y decisiones de la empresa, por lo que sus superiores deben hacerles participes, así como fomentar sus iniciativas.

 

- Capacidad de delegación. Se debe transmitir confianza y delegando muchas de las tareas e intentar no hacerse omnipresente, pero sin perder la capacidad de mando y coordinación.

 

- Capacidad motivadora. Hasta ahora primaba la compensación retributiva, pero los colaboradores necesitan algo más, ser empujados hacia delante con unos hechos positivos, haciéndoles sentir bien acogidos y afianzados en sus puestos.

 

- Capacidad de flexibilidad. Se debe ser lo suficientemente hábil para adaptarse a todas y cada una de las situaciones que las organizaciones producen.

 

Redacción