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Síndrome de "Burnout"
El síndrome de burnout,
también llamado síndrome de estar quemado o de desgaste profesional,
se considera como la fase avanzada del estrés profesional, y se produce
cuando se desequilibran las expectativas en el ámbito profesional y la
realidad del trabajo diario. Este síndrome es un
mal invisible que afecta y repercute directamente en la calidad de vida
y fue descrito por Maslach y Jackson en 1986, como un síndrome
de agotamiento profesional, despersonalización y baja realización personal,
que puede ocurrir entre los individuos que trabajan con personas. La forma de manifestarse
se presenta bajo unos síntomas específicos y estos son los más habituales: Psicosomáticos: fatiga crónica, trastornos del sueño, úlceras y desordenes gástricos,
tensión muscular. De conducta: absentismo laboral, adicciones (tabaco, alcohol, drogas) Emocionales: irritabilidad, incapacidad de concentración,
distanciamiento afectivo. Laborales: menor capacidad en el trabajo, acciones hostiles, conflictos. Existe un grupo de
personas que sintomáticamente puede padecer esta enfermedad, estos son
los profesionales con contacto con personas, como el personal sanitario,
de la enseñanza, asistentes sociales, etc y que según Maslach son
los profesionales de ayuda. Las evidencias que
afectan al individuo en el inicio de la aparición de esta enfermedad,
se reconocen en varias etapas y son: 1.- Exceso de trabajo 2.- Sobreesfuerzo que lleva a estados de ansiedad y fatiga 3.- Desmoralización y pérdida de ilusión 4.- Pérdida de vocación, decepción de los valores hacia los superiores Para su medición el
método más utilizado es el Inventario Burnout de Maslach, que está formado
por 21 ítems, en los que se valoran, el cansancio emocional, la despersonalización
y la realización personal. Diversos estudios nos
indican que cuanto mayor grado de control tienen las organizaciones, más
aumenta la desmotivación que les puede llevar a casos de burnout.
Por lo que para intentar que no aparezca este síndrome, las empresas
deberían de adoptar las siguientes estructuras: -
Horizontal -
Descentralizada -
Con mayor grado de independencia -
Promociones interna justas -
Flexibilidad horaria -
Apoyo a la formación Esta enfermedad con una clara presencia en el ámbito laboral, no esta reconocida por la legislación laboral española como patología, pero sí existe jurisprudencia al respecto, en concreto una sentencia de 12/2000 del Tribunal Supremo. Lógicamente, lograr unas organizaciones sin burnout, puede parecernos una utopía, pero tenemos que trabajar para que esta enfermedad aparezca lo menos posible en nuestras empresas y así no se convierta en una de las enfermedades profesionales del siglo XXI.
Redacción |